Entradas Tagged ‘Ciencia’

Artículo sobre radiación del cuerpo negro

viernes, 27 marzo 2020

Escribí hace ya varios años un artículo donde se hace una descripción de los cálculos «semiclásicos» que llevaron a Planck a resolver los problemas que tenía la física clásica a la hora de explicar la manera en que radiaban los cuerpos negros. El fracaso de la física clásica fue tan estrepitoso que se llamó a aquello la «catástrofe del ultravioleta».

Portada del documento "Fundamentos de la mecánica cuántica. Estudio de la radiación del cuerpo negro"
Portada del documento.

Se puede adquirir aquí: https://lektu.com/l/sinciforma/fundamentos-de-la-mecanica-cuantica-estudio-de-la-radiacion-del-cuerpo-negro/8619

Dos bitácoras interesantes sobre ciencia

lunes, 25 marzo 2013

Un amigo me pasó, hace unos días, dos vínculos a un par de bitácoras sobre ciencias bastante interesantes, así que hablaré muy brevemente de ellas.

La primera está en español, y trata temas relacionados, básicamente con la astrofísica, la física de partículas, investigación espacial y algo de robótica y tecnología. La dirección es:

Francis (th)E mule Science’s News

También tiene una cuenta en Twitter:

Twitter de Francis (th)E mule Science’s News

La segunda bitácora está publicada en inglés, y la mantiene un físico checo. Es más diversa que la anterior, ya que trata temas de física, historia de la ciencia y, también, temas de actualidad. Por ejemplo, la última entrada a la hora de escribir este artículo versa sobre la situación de Chipre y el rescate de su sistema financiero, que impondrá una tasa sobre los depósitos en los bancos.

La dirección de este segundo blog es:

The reference frame

Espero que disfruteis de estas bitácoras.

Planetas extrasolares

jueves, 21 enero 2010

Acabo de leer, en el lector de libros electrónicos que me trajeron los reyes, el libro, excelente, de Alberto González Fairén, Astrobiología (para saber más datos, el ISBN, etc… se vende en formato digital en El Corte Inglés). Para comentar un poco de qué va, este libro repasa el estado actual de la Astrobiología, que es la ciencia dedicada a estudiar la vida fuera de la Tierra: las posibilidades de que exista, los planetas que podrían albergarla, etc…

Tras volver a recomendaros que leáis el libro si os interesa el tema, ya que está muy bien escrito y te da un punto de partida excelente para ampliar información, os voy a poner aquí, y a comentar brevemente, tres vínculos a páginas web, recogidas en este libro, donde se puede encontrar información sobre los distintos planetas extrasolares que se han ido encontrando desde que se descubrió el primero, en 1995. Son las mismas direcciones que vienen en el libro, salvo una, que ha cambiado de dominio.

Exoplanet data explorer. Es una página muy técnica. En esencia, contiene una interfaz para descargar datos de la base de datos de órbitas de planetas extrasolares (Exoplanet Orbit Database), que contiene datos orbitales obtenidos por espectroscopía de los diferentes planetas identificados hasta el momento. Como toda iniciativa por Internet, está sometida a actualizaciones. En inglés

PlanetQuest. Exoplanet Exploration. Se trata de una página bastante más divulgativa que la precedente, centrada en hablar de las diferentes misiones espaciales que estudian o han estudiado los exoplanetas (Kepler, CoRoT, EpoCh…), otras que hay en proyecto y, por supuesto, incluye un atlas de exoplanetas. Pertenece al Jet Propulsion Laboratory y está en inglés.

Enciclopedia de los planetas extrasolares. Es una de las webs más conocidas sobre este tema. Lista todos los planetas extrasolares identificados hasta la fecha. La última actualización es el 18 de enero de 2010 y se listan 484 mundos, clasificados según el método de detección. Está en ocho idiomas, español incluido.

Ya tenéis información para visitar nuevos mundos….

Un café-coloquio con la ministra de innovación

lunes, 16 noviembre 2009

Como ya he contado en otro sitio, el jueves cinco de noviembre asistí a un acto que tuvo lugar en una localidad vecina a la mía, a la que acudía la responsable del Ministerio de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia. La ministra había venido a presidir la VII reunión del Club Málaga Valley, y a visitar el Parque Tecnológico de Andalucía. El acto tuvo lugar por la tarde, después de la asistencia de la dirigente a ambas instituciones. En teoría, se trataba de un «café-coloquio», algo que parecía bastante interesante; no todos los días se puede participar en un debate abierto con un alto cargo…

Desgraciadamente, no saqué muchas cosas en claro en la reunión. Empezaré a describirla. El acto tuvo lugar en el CIO de Mijas (Centro Andaluz de Formación Integral de las Industrias del Ocio). La ministra llegó unos 45 minutos tarde, cosa que no era de extrañar porque venía de varios actos más, y siempre hay retrasos que se van acumulando. Después, el café coloquio no fue tal. Hubo café, y dulces, pero no coloquio. La ministra dio un discurso político, lo que es bastante normal, en el que tuve la sensación de que regía un país que no era España, lo que ya no me pareció tan lógico.

Decía que España era ya una potencia científica mundial. Se trataba del noveno país en producción científica y su nivel científico ya había alcanzado a su nivel económico. El único problema era, ahora, la investigación privada, ya que la pública era equivalente a la de países avanzados de nuestro entorno. Lamentablemente, si eso es así, ¿por qué la mayoría de las personas que conozco dedicadas a la ciencia tienen la sensación de que la investigación en nuestro país no tiene futuro? ¿Por qué hay tantos y tantos «estudiantes» de postdoc rifándose becas y contratos, sin la esperanza la mayoría de un futuro profesional salvo que emigren? Bien… la cosa funciona así. España es el noveno país del mundo en número de artículos publicados en revistas especializadas, pero, más importante que el número, en lo que respecta a compararnos con otros países, es lo que se denomina índice de impacto de las publicaciones, o sea, el número de veces que una publicación es citada en otros trabajos (aproximadamente). El índice de impacto de las publicaciones españolas es mucho más bajo que la media de otros países de nivel científico similar. Además, el índice de patentes producidas por la ciencia española es anormalmente bajo lo que, en muchos casos (en otros no) indica que no se hacen estudios del todo relevantes. Hay investigaciones de mucha calidad que no pueden dar lugar a patentes, pero hay otras en que conseguir una patente es, por así decirlo, haber subido un peldaño en el escalafón, haber realizado una investigación de mayor profundidad y calidad. Así que no estoy de acuerdo; nuestro nivel científico sigue siendo muy bajo en comparación a la potencia económica del país. Se hace mucha investigación, pero siempre a remolque de otros países, y no porque no haya buenos científicos aquí, sino porque tienen que preocuparse de cosas como de conseguir otro contrato antes de que les venza el actual, de encajar rechazos y denegaciones de becas y plazas… Muchos se van, y no vuelven.

Lo segundo que dijo es que la inversión en innovación no disminuía, sino que aumentaba. Nuevamente es cierto, pero con matices. Hay dos tipos de inversión en innovación: a fondo perdido y por préstamos. Para hacernos una idea, si el año pasado había 80 a fondo perdido y 20 para préstamos, este año hay 60 a fondo perdido y 60 para préstamos. Claro, la inversión es de 120 frente a 100, pero para la mayoría de la ciencia básica, donde los científicos no pueden devolver un préstamo porque un laboratorio de investigación básica no genera ingresos, no vale. Para cierto tipo de empresas sí, con lo que, en la práctica, a la ciencia básica se la está castigando aún más.

El problema está en que el tejido empresarial español no puede asumir un aumento del coste de la I+D+i, por razones que explicaré en otra entrada…

El cerebro femenino a debate

miércoles, 10 junio 2009

Leyendo la bitácora Ciencia y Ficción, que queda anotada como bitácora interesante, me encuentro un artículo sobre el libro de Louan Brizendine, El Cerebro Femenino. Tal y como está reseñado en esa bitácora, es un libro sobre fisiología cerebral humana en el que, además, se extraen consecuencias acerca de las, supuestas, distintas capacidades que tenemos hombres y mujeres. He abierto un debate para esta cuestión en:

Foro principal del Portal

Allí inicio el debate planteando tres puntos:

1) ¿Qué es un hombre? ¿Qué es una mujer? No es un tema baladí: un travesti que nació hombre y se opera, ¿es hombre o mujer? A un varón castrado, que pierde buena parte de sus niveles de testosterona, los cuales parecen explicar muchas cosas acerca de las capacidades de los seres humanos, ¿se le feminiza el cerebro?

2) ¿Tener una parte del cerebro más desarrollada implica mayor capacidad para algo en concreto?

3) Suponiendo que se pueda hablar de capacidades innatas: ¿Toda capacidad innata se cultiva? Esto es, si mis genes dicen que soy un superdotado para la música, ¿acabaré siendo músico necesariamente?

Extremismos ecologistas y antiecologistas

viernes, 2 mayo 2008

Como primera entrada en esta bitácora, una algo polémica. Cada día más, somos conscientes de que es necesario respetar el Medio Ambiente, lo que me parece realmente positivo. Parece ser que la Humanidad ha llegado a un punto en que es capaz de alterar el equilibrio mundial, que ha pasado a ser una fuerza transformadora del planeta a tener en cuenta. Es evidente que la destrucción de equilibrios climáticos milenarios provocará, en el mejor de los casos, la caída de la civilización y, en el peor, la desaparición de nuestra especie. Así que no estamos hablando de ninguna tontería.

Sin embargo, se está extendiendo una oleada de alarmismo o extremismo basada en los resultados de ciertos estudios que no es demasiado aconsejable, ya que se basa en una interpretación poco acertada del funcionamiento de la ciencia. El problema es mucho más complejo de lo que parece, y no sé si esta entrada podrá tratarlo por completo, pero, al menos, me gustaría que sirviera como inicio de un debate.

El mundo es un lugar muy complejo. Cualquier acción que se tome con el propósito de conseguir algún fin, a priori beneficioso, puede tener consecuencias negativas inesperadas; así que, lo suyo, sería que antes de lanzar propuestas de actuación se esperase un poco a que el conocimiento científico tuviera tiempo de asentarse y de evaluar todas las consecuencias. Si llevamos décadas contaminando, no es demasiado grave esperar unos meses antes de tomar medidas de beneficios, cuanto menos, dudosos. Sin embargo, se extienden una serie de ideas simplistas y bastante curiosas tendentes a cuidar el medio ambiente, muchas de ellas basadas en un único estudio científico que se toma como estrictamente cierto, sin saber que todo trabajo científico está sometido a revisiones y reinterpretaciones por parte de la comunidad investigadora.

No obstante, pienso que el problema no está, únicamente, en ese mal uso de la ciencia, sino en algo bastante más profundo: la «politización» del cuidado del medio ambiente. Y me refiero, casi en exclusiva a que, en consonancia con el bipartidismo que parece asentarse en las sociedades occidentales, la gente empieza a encuadrarse en dos grupos teóricamente antagónicos – no todo el mundo sigue una de estas dos posturas, pero estos radicalismos, de uno u otro bando, ganan cada día más adeptos -. Unos son los defensores de un ecologismo a ultranza, que se identifican con ideas políticas progresistas y siguen una línea de actuación de la que nadie del grupo puede salir: ser de «izquierdas», estar en contra de la energía nuclear, alabar todo estudio científico que corrobore la urgencia de actuar contra el cambio climático, decir que todo estudio en contra está pagado por las petroleras… Otros son los defensores de que no está pasando nada, y nuevamente, han de seguir una línea de actuación rígida: ser de «derechas», estar a favor de la energía nuclear y del petróleo, alabar todo estudio crítico con el cambio climático y decir que todo estudio que corrobora el efecto antropogénico está financiado por el grupo de presión ecologista-izquierdista… Y no caben posiciones intermedias, como ser progresista y no odiar la energía nuclear, o criticar un estudio alarmista porque la base científica no se sostiene, pero estar convencido de que hay que parar las emisiones de dióxido de carbono…

Y la ciencia está en medio. Ambos grupos pretenden que la ciencia les dé la razón, esgrimiendo, como verdades absolutas y dogmas, resultados de investigaciones que están, permanentemente, sometidas a revisiones y reinterpretaciones por el resto de la comunidad científica. Antes, se buscaba el apoyo de la religión, ahora queremos que la ciencia nos dé la razón.

Quizá como consecuencia de este radicalismo creciente, se están dando tendencias que, de seguir exagerándose, me preocupan bastante. Se extiende una forma de pensar que intenta fijar normas de conducta a la población. Esto no es malo de por sí, el problema es cuando otros valores, como la libertad o el respeto a las opiniones ajenas quedan en segundo plano. Está muy bien reciclar todo lo que podamos y más (yo lo hago, y seguiré haciéndolo porque es mucho más práctico que no hacerlo… ya habrá entradas sobre el reciclaje), pero lo que no veo tan correcto es despreciar o mirar mal a quien no lo hace. Si no quieres comer carne para proteger a la naturaleza (por cierto, muchos vegetarianos no lo son por este motivo, sino por otros diferentes), eres libre de hacerlo. Pero deberías respetar al que no ve un problema en algo que la Humanidad lleva haciendo desde sus inicios, y lo mismo que hacen otros muchos animales. El que bebe agua embotellada en vez de agua del grifo, a lo mejor tiene sus motivos, y no tiene que convertirse en un «apestado». No es censurable usar el coche cuando el transporte público de tu localidad no funciona, o cuando para ti tiene otras ventajas.

Porque leí el caso de una mujer que se había esterilizado para proteger a la Naturaleza. No quería traer a este mundo un hijo que gastase recursos naturales y contaminara. Las consecuencias de seguir pensando en esa línea, inmersos en esta guerra entre dos radicalismos opuestos, son inquietantes. ¿Llegará el día en que a las mujeres embarazadas se las mire mal? ¿Se llegará a suicidios o a asesinatos para librar al mundo de seres humanos contaminantes?

Por supuesto, el triunfo del otro radicalismo también es inquietante, y es la inacción porque la ciencia es incapaz de demostrar que se está produciendo un cambio climático. Aunque sea verdad, eso no significa que no debamos actuar para detener tendencias y cambios a nivel global poco tranquilizadores, que sí están bastante bien demostrados. Pero esto queda para otra entrada.

Ya hay algo de polémica en esta bitácora. Advierto que no tendré ninguna piedad a la hora de borrar comentarios insultantes, y aviso, también, que acepto colaboraciones que podría publicar en forma de entradas firmadas por sus autores.

A debatir.